La paciencia de las Madres
Por Mónica Bleiberg
Nos hablan de muchas cosas importantes para poder echar andar la maternidad: la fuerza, el optimismo, la organización o la paciencia. En esta ocasión no sólo hablo de la paciencia que requieres para el momento en que tienes a tu bebe de 1 año en medio de un berrinche y no sabes qué hacer, sino también la paciencia que se requiere para esperar a que tu hijo gatee, a que camine a su tiempo, a que aprenda a ponerse la ropa solo, a ir al baño, a hablar, a aprender a leer. Conquistar todos esos grandes logros tan suyos implican que tengas la paciencia para saber esperar y la confianza de que tu hijo podrá hacerlo algún día.
Esa paciencia de la que hablo es tan importante porque si no la tenemos entonces le mandamos al niño el mensaje incorrecto. El niño puede percibir que no creemos en él o ella, que en el fondo tenemos miedo de que no lo logrará. Ojo, es posible que ese miedo exista y puedes sacarlo con tu pareja o tu amiga, pero ante tu hij@ es importante disfrazarlo con una sonrisa y con un “tú puedes, sé que lo lograrás”, así como apoyarlo con lo que requiera para de verdad lograrlo.
Aquí te van 3 consejos en relación a la paciencia y el desarrollo de tu hijo:
- Sustituye esas ganas de interferir en su vida por unos gramos de paciencia. Quizá tú hijo necesita unos meses más para hablar, o gatear o leer. Dale tiempo.
- Confía en tu instinto materno. Si notas que ya has tenido suficiente paciencia y aún así no te sientes tranquila con los avances obtenidos, busca apoyo y pregunta. Recuerda que no se trata de comparar los logros de tu hijo con aquellos de otros niños, sino compararlo con su propio progreso, el objetivo es que vaya adquiriendo mayor habilidad a medida que el tiempo pasa.
- Establece períodos de tiempo límite. Lo difícil de ser mamá está en el deambular entre el extremo que implica tener un poco de paciencia para que logre solo sus metas y reconocer cuando algo está atorado en el proceso y requiere de apoyo para desatorarse. Y es por eso que mi tercer consejo implica establecer periodos de tiempo límite: por ejemplo, me esperaré hasta los 10 meses para que gatee y si no lo hace buscaré un terapeuta físico que me asesore. De esta manera estarás permitiéndole un tiempo para que lo logre solo sin cerrarte a pedir ayuda en caso de ser necesario. Establecer periodos de tiempo también ayuda a que tú hijo sane situaciones con sus propias herramientas y reciba la ayuda en caso de requerirla.
Recuerda que lo más importante es que podamos transmitirle la seguridad que requiere para atravesar etapas, si ellos no perciben que nosotros, sus padres, creemos en ellos será difícil que tengan la confianza de poder hacerlo algún día. Así que no atropelles su actuar, permite que se desarrolle solo, y para esto son básicos unos gramos de paciencia y confianza.